Desde hace unos 4 meses hemos estado tomando leche de vaquitas felices y ofreciendo a mis clientes. Es deliciosa, te quita la sed y el hambre. El jueves pasado por fin tuvimos la oportunidad de conocer la hacienda donde viven y son criadas, en las faldas del cerro Bombolí (Machachi). El clima es templado y húmedo y en la mañana el aire fresco sopla sobre el rostro con una frescura propia del lugar.
Dimos una gran vuelta por la hacienda, montaña arriba y hacia abajo. Guiamos a distintos grupos de vacas, reacomodamos las cercas móviles para indicar a las vacas hasta donde llegar. Estas cercas sólo constan de una cuerda con una mínima carga eléctrica y postes de plástico con punta para clavarlos en la tierra. Las vacas ya conocen estos límites, están habituadas a dejarse guiar hacia donde ha crecido nuevo césped y nunca topan la cuerda.
En todo el paseo, mientras poníamos los nuevos límites, nos acompañó el perro Duque, un perro runa con algunos rasgos (asumimos, y quizás muy mal) de labrador y pitbull.

Vacas felices y el uso del suelo
Estas vacas son de pastoreo y su alimentación se da en el paseo por la montaña. Ellas son quienes contribuyen a reverdecer el césped de nuevo. Producen leche, carne, abono y mantienen vivo el suelo de la montaña. Además se reproducen, claro está.
Se les guía con aplausos desde un campo que tiene césped corto a un campo de césped alto. Las vacas recorren, en distintos grupos (lecheras, embarazadas o para carne…), las 100 hectáreas de la hacienda en más o menos un mes. Al mes el césped ya ha vuelto a crecer.
Es un uso muy eficiente de la tierra. El césped es devorado por completo, dejando sólo las raíces. Nada queda desaprovechado. ¿Cómo se hace esto? Se mueven los límites y se guía a las vacas hasta el nuevo límite, dónde ellas encuentran un nuevo césped crecido para comer. Así, se aprovecha todo el césped, mordisco a mordisco.

Las vacas contribuyen a un proceso de regeneración constante de la tierra. Con los depósitos de las mismas vacas se abona el suelo y se nutre. La zona tiende a nublarse de forma constante, la humedad ayuda a la tierra a alimentarse de nuevo y el césped vuelve a crecer. Las vacas dejan el césped cortadito y este necesita tiempo para crecer otra vez. El pastoreo, método tan antiguo como el mundo, no está reñido con las nuevas tecnologías.
Leche pura, grasosa, consistente y deliciosa
Así como las gallinas felices, el cuerpo de las vacas funciona de distinta forma si son bien tratadas. El cuerpo de cualquier individuo del reino animal funciona diferente si está sujeto a situaciones constantes de estrés y maltrato. La respiración y circulación de la sangre cambian, demandan mucha más energía y desgastan al cuerpo al punto de envejecerlo más rápido.
Una vaca bien tratada y satisfecha vive más tiempo, produce mejor leche y da mejor carne. Por sus frutos los conoceréis. La leche ya está disponible en nuestra tienda y ahora abrimos un nuevo método de suscripción para recibir leche cada semana.
Por ejemplo, hemos tomado unas 2 botellas de 1 litro cada semana y siempre le falta, así que ahora compraremos 3. De 2 botellas sacamos nata y crema de leche, ¡son riquísimas! Dicho sea de paso, también queremos ponernos a hacer quesos y yogures con esta leche. Mantente al tanto.
Por si no sabías y te interesa, esta leche se hierve en baño María en la botella y entonces se sella. Dura 2 semanas en la refrigeradora sin problema. Es más consistente que la leche pasteurizada, más grasosa. ¡Y mucho más rica!
Como pasa en cualquier proceso demasiado intenso sobre un producto natural, como la ultra pasteurización (UHT), la leche pierde enzimas y probióticos beneficiosos para el sistema inmunitario y el tracto gastrointestinal.
Esta leche pura puede ser más fuerte para algunas personas que no están habituadas. En esos casos conviene tomar de a poco y luego incrementar el volumen de ingestión. En varios casos el problema no es una “intolerancia a la lactosa”, sino estar poco acostumbrados a digerirla.
¡Pruébala! Si tienes dudas, dale de a poco. Pide una aquí y te la llevaremos.

Conclusión
Volviendo a la hacienda, nos encontramos con unos terneritos lindísimos.
Por fin, a la hora de comer nos hicimos una buenas carnes y los huesos les dimos a un par de gatos y a Duque. Duque no estaba al principio. Le llamamos y llamamos hasta que vino. No está bien que tan lindo perro se pierda de la fiesta.
Y eso no es todo. Si quieres probar la leche, los miércoles entregamos con los huevos. Recibe nuestro boletín de correo en tu email para que estés al tanto de todo. Cualquier duda o pregunta, comenta a este blog.
